Anoche conocí a un cubano.
Obviamente y como el titulo indica, en el Sarmiento.
Me tomé el de 23.55 en Eleven, como todo fuckin domingo (porque the world keeps turning, even on sundays... Como rezaba mi msn ayer), después de otra jornada laboral, y me dispuse a terminar de leer Un pequeño café, de Marco Denevi, lectura que me estuvo acompañando en el tren en estos dias.
Claro que me faltaba tan poco del libro, que antes de llegar a Floresta lo terminé. Entonces lo guardé en mi mochila y cuando me dispuse a acomodarme lo mas comodamente posible en esos asientos grises, fríos y duros de porquería, una voz con acento caribeño me pregunta:
-¿Te gusta leer?
Yo miro hacia mi izquierda, porque desde allí vino la voz, y le digo:
-Si, mucho. Además, es el único modo de pasar este el tiempo en el tren.
-Yo estoy leyendo poco ultimamente -me dice. -Mucho de estdística y esas cosas horribles tengo que leer, así que me aburre bastante.
-Para eso está Marco, para equilibrar esas lecturas obligadas y feas - le digo.
-No lo he leido nunca.
-Deberías. Es el mejor modo de conocer cómo era Buenos Aires hace 40 años...
-Para eso están los libros de historia, ¿no?- tiene el tupé de decirme.
-No, porque es el punto de vista de una persona, nada más. Y para subjetividades, prefieron un cuento o una novela.
-No lo había pensado así...
-Tenés tono caribeño. ¿De dónde sos?
-Del caribe... De una isla.
-Hay unas cuantas. ¿De Puerto Rico?
-Cerca
-De Cuba.
Y así nos quedamos charlando hasta que se bajó en Morón. Me contó que llegó hace 5 años, que vino a particiar de un torneo internacional de ajedrez y se quedó. Que trabaja haciendo no se qué cosa con los chips de los celulares para Personal y que se llama Ulises.
-¡Como mi perro!- le dije divertida.
No es la primera vez que conozco a alguien con el nombre de una mascota que tengo o tuve, lo que me hace replantearme si debería dejar de ponerle nombres de persona a los animales o conocer gente que se llama así.
-¡Pero niña!- me dice, medio divertido, medio ofendido.
-Si, se lo puse por el griego... Sos el primer Ulises bípedo que conozco.