Por donde se lo mire, hoy fue el tipico dia para-que-carajos-me-levante-de-la-cama.
Había empezado relativamente bien, a pesar de levantarme a las 6, de la lluvia y de que me cagué mojando al mediodía volviendo a casa. Almorcé y dormí la siesta como hace rato no lo hacia.
Tipo 5 me decidí a ir a la peluquería con el pensamiento de "llueve, no va a ir nadie, me atiende al toque". Mi vieja me dijo "dale, vamos que yo tengo que comprar el papel base para terminar con la pared*".
Pasamos a buscar a Ceci, que me había dicho que me acompañaba a la pelu para darle consejos al peluquero sobre lo que debía hacer en mi cabeza, y nos dirigimos rumbo a Ituzaingó. Algo debió haberme impedido que salga de casa, pero no.
La señora se fue al banco y a comprar el papel y la petisa y yo nos fuimos a la pelu. Obviamente, mi pensamiento era correcto: como estaba lloviendo no había nadie. Tan nadie que ni el peluquero... El señor está de vacaciones hasta el lunes.
Si eso hubiese sido todo yo no estaría como estoy. Como no me corte el pelo, y no sabia dónde iba a estar mi madre, me decidí a llamarla y cuando abro el morral para sacar el celular, me di cuenta no sólo de que estaba abierto, sino que no tenía el teléfono.
Volvi a la peluqueria a preguntar, miré por todos lados, revolví el auto y nada. Di vueltas mi casa por si no lo había llevado y nada de nada.
Había empezado relativamente bien, a pesar de levantarme a las 6, de la lluvia y de que me cagué mojando al mediodía volviendo a casa. Almorcé y dormí la siesta como hace rato no lo hacia.
Tipo 5 me decidí a ir a la peluquería con el pensamiento de "llueve, no va a ir nadie, me atiende al toque". Mi vieja me dijo "dale, vamos que yo tengo que comprar el papel base para terminar con la pared*".
Pasamos a buscar a Ceci, que me había dicho que me acompañaba a la pelu para darle consejos al peluquero sobre lo que debía hacer en mi cabeza, y nos dirigimos rumbo a Ituzaingó. Algo debió haberme impedido que salga de casa, pero no.
La señora se fue al banco y a comprar el papel y la petisa y yo nos fuimos a la pelu. Obviamente, mi pensamiento era correcto: como estaba lloviendo no había nadie. Tan nadie que ni el peluquero... El señor está de vacaciones hasta el lunes.
Si eso hubiese sido todo yo no estaría como estoy. Como no me corte el pelo, y no sabia dónde iba a estar mi madre, me decidí a llamarla y cuando abro el morral para sacar el celular, me di cuenta no sólo de que estaba abierto, sino que no tenía el teléfono.
Volvi a la peluqueria a preguntar, miré por todos lados, revolví el auto y nada. Di vueltas mi casa por si no lo había llevado y nada de nada.
*La señora hace "terapia" de bricolage y está empapelando una pared.