Existen dos pecados capitales, en el hombre, en los cuales se originan todos los demas: impaciencia e indolencia. La impaciencia hizo que lo expulsaran del paraíso, al que no vuelve por culpa de la indolencia. Pero quizá no existe más que un solo pecado capital: la impaciencia. Por causa de la inpaciencia lo expulsaron, por caisa de la impaciencia no vuelve.
F. Kafka