Me voy a robar unas palabras de Sandra Russo: Lo difícil de la Navidad es que hay una Navidad. Para los agnósticos, ateos o creyentes heterodoxos, eso es lo difícil. La Navidad sería más fácil si no existiera. Debe ser más ligero –supone uno– rendirse ante la liturgia navideña si uno está salpicado de un poco de espíritu religioso, o por lo menos si se es mujer y se es lectora de Para Ti y se usa el tiempo en prepararse para “una noche de Fiesta”. Pero para aquellos a quienes no nos ha sido concedida la gracia de la fe ni el descanso de la estupidez, la Navidad concentra un núcleo duro de emociones habitualmente dispersas. Nos volvemos más vulnerables, no sabemos a qué se debe la melanco, alardeamos de indiferencia, nos miramos al espejo, palpamos que algo nos falta, extrañamos a alguien, le damos besos a cualquiera, fingimos un regocijo que nos encantaría, miramos la hora a ver cuánto falta, nos refugiamos como niños en los niños, descansamos en ellos para aguantar el mal trago, diferimos las preguntas que nunca pudimos contestarnos, probamos el turrón de castañas, nos aturdimos con champán, odiamos los fuegos artificiales (su solo nombre decepciona), rechazamos los estruendos que son estruendos del alma, y finalmente nos vamos a la cama después de haber pasado la prueba del antihéroe: hemos sido, una vez más, capaces de tolerar la Navidad.
Ok, me estoy haciendo la boluda de nuevo y no estoy escribiendo yo, pero es que cuando lei en la contratapa del Página estas palabras, pense que esta mujer se me habia metido en el cerebro y logrado escribir exactamente lo que a mi me suele pasar en estas fechas. La navidad me gusa y no me gusta, casi casi lo mismo que me pasa con mi cumpleaños. No soy una persona religiosa, eso es más que sabido, así que ese costado de la navidad (el que debería ser el sentido real y verdadero del festejo), me importa un pepino. Lo que me genera todo ese no-se-que, es lo que la navidad crea alrededor mio (¿o alrededor de mi?, nunca se cual es la forma correcta, si es que la hay), en mi familia, en mis amigos... eso de pensar en los que no estan, en los que no sabemos si deberían, en... Bueh, no se, dejemos este tema por hoy.
Lo que si les puedo contar es que por primera vez, no sólo me decidi, sino que cumplí: no me excedí ni en las comidas ni en la bebida. Y ¿adivinan?, me siento para el orto, tengo acidez y un malestar terrible (y estamos a lunes...), asi que si se me pasa, ¡¡en año nuevo arraso con todo!!
...Feliz Año Nuevo para todos...